Mi nombre es MARÌA VALDERRAMA CORTÈS .Tengo 68 años y soy viuda. Mi vida es sencilla y activa. Soy una persona, digamos normal: con defectos y algunas virtudes. Hace 3 años me retiré voluntariamente de mi trabajo. Fui auxiliar de aseo de la Escuela Básica D-68, durante 21 años. Mi retiro fue debido al cansancio acumulado. Mis fuerzas ya no me acompañaban mucho, como antes.
En casa, con el pasar del tiempo, me di cuenta de que no era de las que le gusta estar sentada, descansando. Mi mente pedía “cosas” y después de cavilar…comencé a entrar en acción: ingresé a la fundación La Familia, al taller de danzas, a un club de adulto mayor y, finalmente, me inscribí en el coro de la Sede Balmaceda, donde también hay un taller de literatura: allí, doy rienda suelta a mis dotes de escritora. Ayudada por la profesora, escribo poesía, sonetos, haikus. Esto me ayuda mucho mentalmente, pues cuando estoy en clases, me siento en otro mundo, como que vuelo en el aire y renuevo fuerzas. Finalmente, doy gracias a Dios, por haber entrado a este taller y poder realizarme como poetisa.
